Inocencia robada
El abuso y la explotación sexual de menores son dos de los crímenes más execrables que puede cometer una persona, por eso constituyen unos de los delitos más perseguidos y duramente castigados en nuestro Código Penal; no solo se castiga la agresión, sino también la producción y el consumo de pornografía con niños y adolescentes como protagonistas.