Viajamos en el tiempo, a finales del mes de julio de 1978, a los aiguamolls o marismas que se extienden entre la desembocadura de los ríos Muga y Fluvià, en la comarca de l’Empordà de Girona. Se trata de una de las zonas húmedas más importantes del sur de Europa y deberíamos estar escuchando pájaros de todo tipo: cigüeñas, patos, aguiluchos, flamencos… Sin embargo, tenemos ante nosotros gigantescos camiones echando grava sobre las lagunas.
Un joven de 21 años contempla la escena, impotente y lleno de rabia. Para él, los aiguamolls de l’Empordà son sagrados. La construcción de la urbanización sobre los aiguamolls ha comenzado. El joven busca cómo impedirlo y encuentra una solución rápida y contundente. Sólo unos días después, su idea paralizará el proyecto, salvará los aiguamolls y terminará convirtiéndolos en el símbolo de la lucha por la salvaguarda del medio ambiente.
La historia de Jordi Sargatal está estrechamente ligada a los aiguamolls de l’Empordà, las marismas que logró salvar. Su pasión por esta zona, y por los pájaros en general, se remonta a su juventud, cuando tenía 14 años.
