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Una tabla, dos ejes y cuatro ruedas con dos rodamientos en cada una. Eso es todo lo que necesitan millones de jóvenes para sentirse libres y hacer deporte. Para ellos, el skate es un estilo de vida, una filosofía y un modo de expresarse.
La práctica de este deporte, nacido en la California de los años 60 y 70, se ha extendido por todo el planeta y, en muchas partes del mundo, ha llegado a convertirse en una herramienta de integración social. En lugares como Afganistán, Palestina o Etiopía, el skate reúne a niños y jóvenes, les aleja de la violencia que rodea su entorno y les inculca un modo de vida sano y creativo.
Sergio Mejuto y Javi Boes son parte de esa comunidad global, pero ellos han conseguido hacer de su pasión, su modo de vida. Han creado una empresa, Cream Prime, que comercializa un producto ideado por ellos para hacer más fácil la práctica del skate y que, además, dona parte de sus ingresos a ONGs relacionadas con la integración social y el desarrollo educativo a través de este deporte.
El producto se llama Cream Grip y es un sustituto de la lija que, desde siempre, se ha colocado sobre el skate. Esas lijas tradicionales permiten un buen agarre de la zapatilla a la tabla, pero también causan que éstas se desgasten con rapidez.
