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Pese a haber sumado cuatro puntos contra Athletic y Espanyol, no puede decirse que el Valencia se haya rehabilitado tras el ridículo del Johan Cruyff. Sigo pensando que tiene más puntos que juego y que le falta un patrón claro durante noventa minutos. Anoche lo vimos en Cornellà. Jugó a ráfagas, fue discontinuo en el rendimiento y concedió mucho, muchísimo a un buen rival como es el Espanyol, que le hizo dos goles y pudo haberle hecho cuatro sin dificultades. Corberán insiste mucho en la capacidad competitiva del equipo y saber gestionar las ventajas y los minutos finales también es competir. El Valencia se dejó remontar dos veces y encajó el 2-2 cuando ya no debió dejar que se jugara. En un acción, por cierto, en la que no hubo falta. 8 puntos de 18 y el equipo en construcción y muy blandito. Hay mucho que mejorar. Muchísimo.