¿No que, como feminista y como mujer, Susana Muhamad no podía estar en la misma mesa que Armando Benedetti? ¿O el cambio de mesa exigía un nuevo cargo?
Crónica de un Gobierno displicente y delirante. Unos saltarán del barco e incluso posarán de oposición, pero sabemos que, pese a las advertencias por interés personal, lo ayudaron a elegir.