Podium
El 6 de diciembre de 1912 el egiptólogo alemán Ludwig Borchardt descubrió en la ciudad de Akhetatón (Amarna) el busto de la reina Nefertiti que hoy podemos ver en Berlín. Es una de las obras icónicas de la historia del arte pero a su espalda siguen corriendo rumores de falsedad, robo y, lo más importante, innumerables lagunas sobre los misterios que aún rodean a la vida de esta extraña mujer. Cien años después, como sucede con Tutankhamón (¿su hijo?), seguimos sin saber gran cosa de su vida.
El mundo antiguo cuenta con siete maravillas, monumentos dignos de ser vistos, realmente. Los autores clásicos eligieron en la época del imperio de Alejandro Magno, esas obras que había que ver antes de morir y Egipto contaba con dos de ellas: las pirámides de Menfis y el Faro de Alejandría que acabó entrando en la lista a última hora, casi en el siglo II d.C. En este nuevo episodio, el último de la Cuarta Temporada de Dentro de la pirámide, hablamos de su impacto en la Historia y la arqueología.
Heka era el nombre con el que los antiguos egipcios llamaban a la magia. Heka también era el nombre de un dios, pero hubo otros como Thot, Ptah o la propia Isis, apodada, Grande en Magia, que hicieron gala de esta poderosa arma empleada por seres humanos y dioses. El legado de la magia egipcia ha llegado hasta nuestros días diluyéndose en nuestra vida cotidiana.
Las momias egipcias han conseguido evadir la acción del paso del tiempo. ¿Por qué nos siguen fascinando? Los últimos hallazgos en la meseta de Sakkara en donde se han descubierto varios centro de momificación, nos pueden dar pistas sobre el significado que tenía esta tradición para los antiguos egipcios