Era un drogadicto, con antecedentes por abuso de menores, internado en una institución psiquiátrica por un atraco a mano armada que, en busca de atención y drogas -muchas drogas- confesó hasta 32 crímenes que no había cometido. Sin pruebas, le condenaron por ocho de ellos, en lo que se considera el mayor fallo policial y judicial de la historia de Suecia.
A Juani Canal la dieron por desaparecida durante 16 años, hasta que, de manera fortuita, aparecieron sus restos. Había sido asesinada. El tiempo corrían en contra de la justicia, pero poco antes de que el crimen prescribiera, la policía consiguió resolverlo. En el Centro de Investigaciones Forenses y Seguridad de la Universidad Autónoma de Madrid, imparten un curso de homicidios sin resolver donde nos explican las técnicas empleadas en el abordaje de los casos fríos.
Antonio Anglés, acusado de raptar, torturar, violar y asesinar a tres niñas del pueblo valenciano de Alcàsser en 1992, consiguió escapar de su crimen y burlar a la justicia, que perdió su pista en el puerto de Lisboa, a bordo de un carguero al que subió como polizón. Hasta ahora...Los periodistas Jorge Saucedo y Genar Martí han dedicado una buena parte de su vida a buscar al hombre más odiado de España y han dado con su rastro. Su investigación ha conseguido que se reabra el caso de la fuga de Anglés 30 años después.
Los asesinatos de Wendy Knell y Caroline Pierce permanecieron sin resolver más de 30 años. Cuando, gracias a los avances en genética se encontró al autor de sus muertes, se descubrió a un depravado que batió varios récords de espanto para los propios investigadores.
Los fraudes por internet se han incrementado un 72 por ciento con respecto al año 2019. Muchas de ellas se deben a los llamados estafadores del amor, perfiles falsos que conquistan a mujeres, en su mayoría, les hacen creer que están en una relación romántica legítima y las despluman, timos que duran años, pues requieren ganarse la confianza de la víctima, que se queda destrozada, no solo económicamente, sino, también, psicológica y afectivamente. La mayoría de quienes están detrás de estos delitos son bandas organizadas, pero también delincuentes en serie. Hablamos de ellos con Eduardo Casas Herrer, policía nacional, y con Sheila Queralt, lingüista forense.
La teoría de la conspiración en torno al crimen de las niñas de Alcasser, hizo que surgiera una leyenda negra en la Comunidad Valenciana sobre la existencia de una red criminal de hombres poderosos, cuyo objetivo serían niños sometidos a rituales sádicoexuales. Quienes lo creen extienden la trama a otros casos como el crimen de Macastre, la desaparición de Gloria Martínes, o el Bar España, y han generado un pánico moral de peligrosas consecuencias. Este es el contenido de la charla que Pablo Vergel y Elena Merino dieron durante la celebración del II Festival de Crónica Negra de Figueras, Ceba Negra.
Times Square y Brodway no siempre han sido orgullosos emblemas de Nueva York; en los setenta del siglo pasado, fueron un hervidero de comercio sexual, drogas y delincuencia asociada, y el coto de caza de un depredador sádico que acabó con la vida de, al menos, 17 víctimas, aunque todavía, a día de hoy, sigue confesando asesinatos, Richard Cottingham, también conocido como el asesino del torso o el destripador de Nueva York.
Nació siendo Ramón Castillo, un chico normal y corriente. Pero ya cumplidos los 30, tuvo una “iluminación”: el era la reencarnación de Dios y debían llamarle Antares de la Luz. Su religión se basaba en el cristianismo apocalíptico, el chamanismo, la sanación oriental, la creencia en seres extraterrestre y la filosofía de Carlos Castaneda. Sacrificó a su propio hijo de dos días arrojándolo al fuego. Hablamos con Manu Carballal de este caso.
Gracias a pastas Garofalo, hacemos este programa especial desde el restaurante Noi, en el que os hablamos de César Román, más conocido como el rey del cachopo, un cocinero y estafador en serie, obsesionado con la fama, que acabó en la cárcel por asesinar y descuartizar a su novia. También os hablamos de otros chef asesinos de ficción y de la vida real.
A principio de los 70, en Houston, decenas de adolescentes se esfumaron en desapariciones que la policía calificaba automáticamente como voluntarias, sin investigación. Muchos de ellos fueron víctimas de Dean Corll, el hombre que les atraía, primero, con golosinas, y, después, con drogas, para violarlos, torturarlos y asesinarlos, con ayuda de dos cómplices menores de edad.