El despojo de El Congal

Podium

Cuando las familias de la vereda El Congal vieron que su pueblo ardía en llamas a manos de los paramilitares, su única opción fue huir. 

11 años después, a finales del 2013, surgió la posibilidad del retorno a sus tierras.

Sábado 19 de enero de 2002, en El Congal -una vereda del municipio de Samaná, ubicada a más de tres horas de La Dorada, Caldas. Un grupo de paramilitares ordenó el abandono total del pueblo. La disputa territorial entre paramilitares y guerrilla generaba temor y zozobra en la comunidad.

A finales de los años 90 El Congal fue un territorio controlado por el frente 47 de las Farc, en ese entonces comandado por Elda Neyis Mosquera, alias “Karina”.
Era una zona cafetera en medio de la crisis internacional del café. No había presencia estatal y era difícil el acceso a la educación. Era el ambiente propicio para que la guerrilla lograra consolidarse, reclutando jóvenes y promoviendo la siembra de hoja de coca.

El 19 de enero de 2002, integrantes de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, lideradas por alias “el Viejo” Izasa, llegaron entre las 5 y 6 de la tarde hasta este caserío escondido en las montañas cafeteras colombianas. Le prendieron fuego a todo. Quemaron las casas y desplazaron a todos los habitantes de El Congal.

En el 2013 se empiezan a gestar reuniones entre el padre Humberto Cortes, un grupo llamado La Legión del Afecto, y las familias víctimas, para dar inicio al retorno al Congal.

Paulatinamente las entidades estatales comenzaron a integrarse en función de la reparación a las víctimas.

La Gobernación de Caldas, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el Departamento de Prosperidad Social, CORPOCALDAS, la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema, el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, el Programa de Desarrollo para la Paz del Magdalena Centro y la Fundación Apoyar, desde sus roles institucionales contribuyeron para generar el plan de retorno, que les

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Reclutamiento ilícito de niños y niñas

Yalile Quiñones es una maestra que lleva años defendiendo la dignidad y los derechos de los niños, niñas y adolescentes del departamento de Nariño. Ella organizó a un grupo de mujeres que, uniendo sus fuerzas, en El Charco, Nariño, lograron rescatar a menores de 18 años que fueron reclutados ilícitamente por un actor armado. La resistencia organizada de mujeres empoderadas sirvió para rescatar a dos menores de 18 años del reclutamiento ilícito. Si bien Yalile y las demás mujeres de El Charco lograron recuperar a los menores de 18 años, su historia no termina ahí. La lucha por los derechos de los niños, niñas y jóvenes por acceder a una educación digna y de calidad es algo que se da todos los días en la mayoría del territorio colombiano. Yalile es parte de esa lucha y siendo docente en el corregimiento de San José tuvo que tomar una posición de liderazgo frente al conflicto en la región. Tuvo que hacerle frente a muchas modalidades de violencia como asesinatos selectivos, desapariciones forzadas o fumigación con glifosato. En 2008, la Corte Constitucional reconoció el reclutamiento de menores de 18 años como una práctica ilícita y criminal en todos los casos, sin importar si fue aparentemente voluntaria la vinculación o no. Yalile es la directora de la Fundación Pueblo de Piel Brillante, donde apoya a otras víctimas y busca incentivar el emprendimiento y empoderamiento de las mujeres víctimas del conflicto. Irrepetible * Narración: Cony Camelo * Reportería: Nathalia Villegas, Luisa Bastó, Michell Rodríguez * Libreto: José Nicolás Jaramillo, de Random Access History * Música: Epidemic Sound * Grabación y edición: Alejandro Riaño * Diseño sonoro: Félix Riaño * Portada: Marianna Sigalotti y Miller Suárez, Jaime Moncayo * Dirección del proyecto: Félix Riaño en Caracol Pódcast y Mónica Valdés en la Comisión de la Verdad. Bibliografía e información de consulta * Cent

El desplazamiento de Cacarica

En Cacarica, Chocó, los paramilitares y el ejército nacional realizaron dos operaciones militares paralelas que desplazaron a la comunidad afrodescendiente en medio del terror. Años después, una parte de la población retornó a su territorio y estableció zonas humanitarias de paz. Esta es su historia. Hacia finales de los años 90, muchas comunidades reclamaban legalmente la propiedad colectiva de sus territorios. Fue justo en ese momento cuando la estrategia de desplazamiento y despojo de tierras comenzó a aflorar. En 1997 el ejército y los paramilitares realizaron dos operaciones en el Pacífico colombiano: La Operación Génesis del Ejército, y la Operación Cacarica de los paramilitares, asesinaron y desplazaron a la comunidad negra de Cacarica hacia Turbo, en Antioquia, y hacia Panamá. Todavía se recuerdan esos momentos tan difíciles que se vivieron en Cacarica por el terror del paramilitarismo. En Cacarica reinó el terror, los paramilitares atacaron con disparos y granadas a muchas de las casas. Y luego identificaron a líderes locales para asesinarlos. Entre muchas acciones violentas, descuartizaron al líder Marino López Mena y usaron su cabeza como balón para jugar fútbol. El terror causado por los paramilitares se apoderó de la comunidad. En esos días más de tres mil quinientas personas fueron desplazadas huyendo del terror. Lejos de sus hogares, algunas de estas personas llegaron a Turbo y se establecieron en el Coliseo Bruno Martínez. Dos años después de su desplazamiento, las comunidades de Cacarica obtuvieron la titulación colectiva de su territorio y empezaron a dar los pasos hacia su retorno. La titulación colectiva de la tierra fue conseguida en 1999. Y la lograron por medio de la organización social y haciéndole peticiones al gobierno. La organización de las comunidades desplazadas dio sus frutos al constituir la Comunidad de Autodeterminación, Vida y Dignidad de Cacarica: CAVIDA. A partir del año 2000 empezaron a retorn

Mi cuerpo dice la verdad

Este episodio contiene relatos explícitos sobre violencias sexuales, recomendamos discreción al escucharlo en presencia de menores de edad.Esta es la historia de Lina María Palacio, defensora de los derechos humanos y LGBTI, y de muchas otras mujeres que han sufrido violencias sexuales en el marco del conflicto armado.En Colombia las violencias sexuales han afectado principalmente a mujeres y a personas LGBTI. A lo largo de la historia, en todo el mundo, se han usado las violencias sexuales como armas de guerra para atacar los cuerpos. La historiadora Diana Uribe aparece en este episodio de Irrepetible y nos lo explica.Las violencias sexuales marcan a las víctimas como otras formas de violencia no lo hacen. Las consecuencias son a largo plazo y muchas veces dejan cicatrices invisibles. Es un tipo de violencia que no es fácil de afrontar, y es uno de los únicos hechos en que las víctimas tienen que demostrar muchas veces a los demás, que fueron victimizadas.Es una constante re victimización. No fue coincidencia que la Comisión de la Verdad escogiera a la violencia sexual, contra los cuerpos de mujeres y personas LGBTI, como el tema del Primer Encuentro por la Verdad en 2019. Este es un tema en el que falta mucho por escuchar todavía. Durante el encuentro no hubo un reconocimiento de responsabilidades de ningún actor armado, como sí los hubo en otros Encuentros por la Verdad.Irrepetible * Narración: Cony Camelo * Libreto: Elvis y José, de Random Access History * Música: Epidemic Sound * Grabación y edición: Alejandro Riaño * Diseño sonoro: Félix Riaño * Portada: Marianna Sigalotti y Miller Suárez, Jaime Moncayo * Dirección del proyecto: Félix Riaño en Caracol Pódcast y Mónica Valdés en la Comisión de la Verdad. Bibliografía e información de consultaHacemos Memoria. «Ave Fénix: mujeres que escriben para sanar», 24 de abril de 2018.