Imparable y poderoso, el eritreo Biniam Girmay se convierte en el rey indiscutible del esprint en el Tour firmando un triplete en la duodécima etapa, disputada entre Aurillac y Villeneuve-Sur-Lot, de 203 kilómetros.
El esloveno se llevó la última etapa de crono y se convierte en primer ciclista en ganar Giro y Tour el mismo año, desde que lo hizo Pantani en el año 1998.