El 25 de enero la plataforma Netflix estrenó ‘Examen de conciencia’, una impactante y cruda serie documental en la que se destapan los abusos sexuales a menores que han venido produciéndose en los últimos años en el seno de la iglesia católica en nuestro país. Albert Solé, ganador de un Goya y director de esta producción, tira de la manta gracias al testimonio de las víctimas e incluso de uno de los agresores. Incomprensiblemente, este trabajo tan necesario y revelador, parece no haber tenido ningún eco en los medios de comunicación de nuestro país, ni siquiera en algunos formatos televisivos que suelen ejercer de justicieros y agitadores de conciencias.
El hilo conductor del documental es la historia de una de las víctimas, el hoy psiquiatra infantil Miguel Ángel Hurtado. Con él me senté a charlar en Barcelona con la esperanza de que pudiese responderme a varias dudas: ¿En qué ha cambiado su vida tras la emisión del documental? ¿Cuáles eran sus expectativas? ¿Por qué, a pesar del enorme paso mediático que implica que Examen de conciencia haya llegado a Netflix, da la sensación de que no ha pasado gran cosa?
