Nueva York de los 70: la sodoma donde cazaba el asesino del torso

Podium

Times Square y Brodway no siempre han sido orgullosos emblemas de Nueva York; en los setenta del siglo pasado, fueron un hervidero de comercio sexual, drogas y delincuencia asociada, y el coto de caza de un depredador sádico que acabó con la vida de, al menos, 17 víctimas, aunque todavía, a día de hoy, sigue confesando asesinatos, Richard Cottingham, también conocido como el asesino del torso o el destripador de Nueva York.

Más episodios

A los ciberladrones le gustan las pymes

Invertir en ciberseguridad no es cosa necesaria solo de las grandes corporaciones. Las pequeñas y medianas empresas descuidan este factor y los delincuentes lo saben. Se han convertido en uno de sus objetivos favoritos. La criminóloga Lucía Bort nos habla de la importancia que tiene que las pymes se blinden contra estos ladrones de nueva generación y que apliquen planes de Criminología corporativa para evitar también el ataque de los insiders. Salva Larroca explica las consecuencias que la bancarrota de los años 90 tuvo para la editorial Marvel y cómo recuperaron la licencia de uno de sus más míticos personajes por el hackeo a la productora Sony Pictures de 2014.

Criminalidad femenina: mejor mujer letal que femme fatale

El fenómeno de la delincuencia femenina se ha abordado históricamente bajo los mismos prejuicios de género que contaminaban cualquier otro ámbito. Así, las explicaciones de porqué matan las mujeres se llenaron de falsos clichés y errores que no han permitido estudiar las causas con el rigor preciso. Hasta mediados del siglo XX, con el abordaje de la llamada Criminología feminista, no se llegan a conclusiones acertadas sobre el incremento de la delincuencia femenina. Hablamos con la socióloga y criminóloga Victoria Pascual Cortés, autora de "Asesinas. ¿Por qué matan las mujeres?" del asunto.

Sectas hoy, la reconversión de la industria del engaño

En pleno siglo XXI, cuando impera la razón, el escepticismo, el pragmatismo y el eclecticismo en la sociedad, las sectas destructivas están más vivas que nunca.Solo han tenido que variar su código de creencias, dejar de dogmatizar sobre entidades exógenas superiores y empezar a cultivar el narcisismo imperante: cambiar de dios. Muchas se camuflan en talleres de coaching, autoayuda y superación, en retiros de bienestar, o en cursos de emprendimiento, se organizan como estructuras piramidales, dando una identidad a cada miembro de grupo, aunque el fin es igual en todas: explotar a los acólitos económica, sexual y emocionalmente. Manu Carballal nos ayuda a conocerlas.