En la sección dedicada a los abuelos escuchamos a nuestros mayores para aprender. Uno nos explica cómo eran los apocalípticos veranillos de San Miguel en su tiempo. Y no te pierdas las historias de Abraham y de Romualda
En la sección dedicada a los gladiadores de la carretera descubrimos dónde van a parar todas las hamacas y sombrillas de España que sobran. Otro camionero nos habla de la precariedad del sector que les obliga al pluriempleo
El Arcángel Miguel da la cara para explicar las espantosas temperaturas que estamos sufriendo en su veranillo. La edad y la falta de pericia con las nuevas tecnologías son las razones que aduce el santo
En el Defensor del Oyente recibimos las propuestas y quejas de la audiencia. En esta edición se nos pide un espacio para necrológicas, que cantemos menos y que Francino dedique una de sus más celebradas onomatopeyas a una oyente
Plácido Fólico es un divulgador científico que viene a explicarnos el poder energético de los suspiros, su exhalación genera una energía capaz de activar una potente maquinaria. Lo comprobamos en directo.
En la sección dedicada a tribus ocultas descubrimos cómo un valenciano cambió los hábitos gastronómicos de una tribu caníbal y también la importancia que un conocido licor dulce tiene en la vida de una tribu de Sumatra
Su actividad, al ser secreta, no consta en la Seguridad Social, por eso los espías españoles sufren ostracismo administrativo. Un espía decide dar la cara para hablar de su problemática.
Preguntamos a los oyentes sobre qué les sugiere el otoño recién estrenado. Para un odiador de las piscinas privadas es una bendición, un preso lo odia y una señora no sabe muy bien qué decir.
Lo peor que España puede ofrecer al mundo se muestra en esta sección. Idiotas que pretenden desplazarse por el Congo en liana o una científica que hace contrabando de vino en Noruega
DJ Gili es nuestro prescriptor literario, un buceador del mar de libros que se publican a diario para encontrar una perla. En esta ocasión, se trata de un libro de autoayuda fascista para que los idiotas sepan que no están solos