Un egiptólogo reta a los partidarios de la teoría extraterrestre a construir dos pirámides. Una, con la fuerza y el ingenio humanos y la otra, esperar sentado a que la tecnología alienígena haga el trabajo.
¿No hay parados en España para hacer esta labor? Las élites comparten sus preocupaciones con las defecaciones caninas, las opas bancarias o las joyas del Louvre.