El cónclave para nombrar al sucesor de Francisco, que comienza este 7 de mayo, está lleno de elementos que atrapan: los símbolos, las intrigas, las rivalidades entre cardenales… Para quienes lo observamos desde fuera, suena más a la confusión perpetua del tráfico romano, a decenas de miles de turistas y a vecinos pendientes mañana y noche de la chimenea por la que saldrá la esperada fumata blanca, que a un asunto celestial. Desde Roma, el corresponsal de EL PAÍS, Íñigo Domínguez, desgrana los aspectos más relevantes de esta cita milenaria.