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En 2020, a Paula Ribó, guionista, directora de teatro, dobladora y actriz le pasaron dos cosas que le cambiaron la vida: tuvo un hijo y una gran idea: Rigoberta Bandini, una cantante cuyas canciones no sólo son un éxito, sino que le han convertido en un icono del movimiento feminista en nuestro país. Ahora acaba de recopilar en un disco esos temas y otros inéditos y ha iniciado una gira de conciertos con el que dice adiós (¿Dice adiós?) a este fenómeno. Esta mañana hemos hablado con Rigoberta y también con Paula Ribó, la gran creadora de todo.
Poco o nada queda de aquellas citas interminables entre José María Aznar y Xabier Arzalluz en Moncloa, mientras degustaban vinos de la Ribera del Duero. El vasco, el del árbol y las nueces, sentían una especie de fascinación por ser presidente del Gobierno que en un principio tanto despreció. El PNV no era necesario en la aritmética de la gobernabilidad. Siempre que pueden elegir, eligen al PSOE, dicen despechados en Génova.
La segunda ola de calor del verano se extenderá al menos hasta el martes en gran parte de España. Las temperaturas seguirán subiendo y podrán llegar a los 44 grados en algunos puntos de la península. En Galicia a esta hora todavía hay diferentes incendios activos. El último, el que se declaró ayer en Pontevedra, en el municipio de Salceda de Caselas. Mientras, en Tarifa, la situación se ha estabilizado y las autoridades han dado luz verde al regreso de los desalojados. Del exterior, ya han entrado en vigor los aranceles impuestos por Donald Trump, lo que supone que la Unión Europea tendrá que hacer frente a una barrera del 15% en exportaciones a Estados Unidos. Mientras tanto, persisten los bombardeos de Netanyahu a la franja de Gaza, donde esta madrugada han muerto al menos 13 personas.
Médicos sin Fronteras ha descrito las heridas que describen los gazatíes que van a por comida a los puntos que ha militarizado Israel. Son las llamadas colas del hambre, donde se agolpa la genta, hambrienta, en puntos que controlan el ejército de Israel y contratistas privados estadounidenses. Muchos llegan con heridas por las estampidas y por lesiones oculares graves porque les rocían con gas pimienta. Uno fue rociado en los genitales. Dice Médicos sin fronteras que ni en las zonas de conflicto más inestable se toleraría este nivel de violencia.