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Lo que podría pasar, lo que pasó y lo que nos gustaría. Son varios los tiempos verbales que conjugamos hoy gracias a las propuestas cinematográficas que trae entre sus apuntes Javier Ocaña. Tres estrenos en salas muy distintos, la americana "Civil War" sobre la decadencia de ese país, en el que comienza una guerra civil cruel que vemos como si pudiera pasar en meses o semanas. Un propuesta muy arriesgada con muy buena acogida en cines. La muy interesante "El consentimiento" nos planta ante la realidad que ha tenido que asumir la sociedad francesa y es cómo permitieron los abusos y la pederastia de figuras como el escritor Gabriel Matzneff, del que habla la película. Y "La quimera" nos lleva a la Italia de los 80, a un mundo cinematográfico entre Fellini y Kusturikca, onírico y muy terrenal, en el que seguimos a una banda que busca tesoros arqueológicos en tumbas.
La OTAN revisará si España ha cumplido con el gasto militar del 2% al que se comprometió. El Gobierno asegura que sí, tras acelerar el aumento del presupuesto en Defensa, una decisión que ha abierto nuevas discrepancias internas. Además, el PSOE se desmarca de Ábalos y se apoya en la auditoría interna que descarta financiación irregular, mientras el PP cuestiona sus conclusiones y cita al exministro el 8 de enero en el Senado, un día antes de que Feijóo declare ante la jueza de la DANA.
En este año que se acaba, y en los que le precedieron, el mundo ha visto ante sus ojos un genocidio, que Israel desencadenó después de la salvaje matanza terrorista de Hamás. Israel mató a decenas de miles de civiles. A niños. Eso hemos visto, en 2025: lo que encaja en la definición de genocidio. Así pasen los años, como pasará este, ninguna idea de justicia será compatible con el olvido. Mucho menos con la impunidad.
A la nostalgia, ¡ni agua! Así suele aconsejarme mi amigo, el estimulante escritor y profesor de Literatura, Bernat Castany Prado. La verdad es que no me cuesta seguir su consejo porque la poca nostalgia que he ido sintiendo en mi vida la he canjeado. Y ahí me tenéis, descubriendo que en mi cazuela se estaba produciendo un pequeño prodigio que, como una representación teatral, nunca volverá a reaparecer con los mismos movimientos o idéntica textura. A fondo, hasta lo más pequeño. Ninguna nostalgia.