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La primera ola de calor del verano terminó este sábado, y ya hemos entrado en la segunda. Este martes va a haber 11 comunidades en aviso por altas temperaturas. En seis de ellas, incluso, el aviso es naranja y lo peor es que esta va a ser la tónica general en los próximos días. Por lo demás, la fiscalía tiene pensado recurrir la decisión del juez Peinado de tomar declaración a Pedro Sánchez, el próximo martes en la Moncloa, como testigo en la causa que investiga la actividad profesional de su mujer. Esta mañana hay "súperpleno" en el Congreso de los diputados. PP y PSOE van a aprobar su reforma del Poder Judicial. Pero los populares van a tumbar la reforma de la ley de extranjería para blindar por ley la reubicación de menores migrantes. Y Kamala Harris ya ha conseguido más delegados de los que necesita para ser la candidata demócrata a la presidencia. Esta madrugada, en su primer mitin de campaña, Biden la llamó por teléfono y ella se ha presentado como la fiscal que puede ganar a un condenado, a Donald Trump.
Si existe la obsolescencia programada, si está todo diseñado para que dure un tiempo limitado, ¿cómo saber que a los seres humanos no nos van a hacer lo mismo? Cuando seamos mayores y ya no puedan repararnos, ¿nos llevarán al desguace como a mi nevera? Imaginación distópica, la mía, lo sé, pero es que hace unos días un presentador de la Fox dijo que habría que matar a las personas sin hogar.
El anuncio de la suspensión de los acuerdos comerciales entre la Unión Europea e Israel queda, por ahora, en condicional. La Comisión deja la propuesta en manos de los Estados miembro y no fija una fecha final para su aprobación. Mientras, el ministro de finanzas -uno de los más ultras del Ejecutivo- de Israel admitió que está negociando con Estados Unidos cómo repartir Gaza. Y en España los ecos de las protestas durante La Vuelta ciclista, el Genocidio y el decreto que prepara el Gobierno con sus sanciones siguen monopolizando el debate político.
Así se lo ha hecho saber Ayuso a esa comunidad educativa díscola que se empeña en denunciar en los patios de los colegios el genocidio o, peor aún, mostrar afecto por el pueblo palestino. Hombres, mujeres y niños que mueren bombardeados o de hambre o en las colas del hambre. ¿Y no es esta denuncia acaso un ejercicio de esa honra por la que ella dijo que se puede y debe aventurar la vida? Viva España y viva la libertad, carajo.