SER Podcast
No era xenofobia, pero durante el procés a no pocos catalanes —de los de ocho apellidos o de los de uno y medio— se nos retiró el carné a todos los que no veíamos clara la propuesta que defendían sus líderes. Entonces el enemigo era el llamado "unionista", el "ñordo" españolista. Ahora es el moro.
Este miércoles sabremos si José Luis Ábalos -que ha cambiado de estrategia y carga contra Sánchez y el Ejecutivo- y Koldo García van a la cárcel. El día en el que el Gobierno afrontará una dura derrota parlamentaria por la senda de déficit -por la abstención de Podemos y el rechazo de Junts-. Y el día en el que veremos -si no hay sorpresas- cómo el acuerdo entre el PP y Vox acaba con la etapa de Mazón al frente de la Generalitat Valenciana para dar paso a la de Pérez Llorca.
El llamado imperio de la ley es frecuentemente invocado por políticos y analistas como antídoto frente a autoritarismos y como garantía última de que las instituciones nos protegen efectivamente. Una organización que abusa de la figura de la acusación popular en nombre de la pulcritud institucional, tiene en realidad la vocación de contaminar el proceso y de borrar la línea entre acusación y culpabilidad. Y es ahí donde el imperio de la ley empieza a operar como una amenaza, no garantiza la inocencia, sino que amplifica la sospecha. A 50 años de la muerte del dictador, el riesgo no está tanto en la emergencia de nuevos regímenes autocráticos como en el de que democracias liberales corrompan la ley hasta que esta se convierta en una amenaza.
Hoy hemos tenido un debate en la redacción sobre si somos bibliófilos o no.