SER Podcast
El análisis de actualidad económica, todas las mañanas a las 07:30.
Tengo un problema con España y otro con mi cama, que es de medidas no convencionales, de las de sube y baja. De tanto ver banderas españolas por doquier, con o sin aguilucho, una idea creo que patriótica a la par que práctica empezó a abrirse camino en mi cabeza mientras contemplaba el culmen rojigualdo de la concentración de momios en torno al pobre templo de Debod. Superando esta reconfortante imaginería triunfó lo práctico y me dije, Maruja, corre a Amazon, seguro que tienen banderas del tamaño de tu cama y de paso interiorizas tu nacionalidad, que buena falta te hace. Estoy deseando que me la entreguen para poder despertar cada mañana y recordar que esto no es una pesadilla, sino una realidad española y muy española.
Un hombre mata a su pareja a puñaladas en Alicante y después se ahorca. Es el segundo crimen en tres días de lo que llevamos de semana, después de que se produjo en Torrejón de Ardoz en Madrid. Allí, otro hombre mató, también a puñaladas, a su mujer con la que tenía dos hijos menores. De confirmarse, serían 42 asesinatos machistas en lo que va de año. Además, Pedro Sánchez lanza dos ideas: afirma que no conocía tanto a Ábalos, para desvincularse de la corrupción que salpica a su partido, y trata de recuperar el apoyo de Junts llevando al Consejo de Ministros algunas de las reivindicaciones de los independentistas. A las 9:00, la portavoz de Junts, Miriam Nogueras, ha convocado a los medios para ofrecer la respuesta oficial del partido de Puigdemont.
Todos quieren conquistar a Junts, si hace unos días era Feijóo el que acudía a la patronal catalana a pedir que convencieran a los independentistas para que apoyaran en una eventual moción de censura, ayer fue el Presidente del Gobierno de España quien entonó el mea culpa y reconoció haber incumplido compromisos establecidos tanto con Junts como con Esquerra. De esta forma, Sánchez, además de reconocer por vez primera es incumplimientos, quizá esté asumiendo también que dos de las manifestaciones que ha hecho últimamente son difícilmente sostenibles. Los postconvergentes saben que tienen la sartén por el mango. La continuidad, el fin o el letargo de la legislatura depende en buena medida de ellos.