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Después de los sustos y las sorpresas de los lunes, los martes empiezan a ser los días en los que nos queda la pregunta de por qué pasa lo que pasa. Del apagón del lunes pasado seguimos sin saber la razón concreta, y del robo que este lunes dejó tirados a miles de pasajeros se sigue investigando si fue eso -un robo y un problema con la catenaria- o si fue un sabotaje, como apuntó en este programa el ministro Óscar Puente. La investigación de la Guardia Civil está en curso todavía. Y es verdad que quien robó el cable fue a robarlo en zonas donde no había cámaras de seguridad, pero la investigación no apunta -o no apunta con lo que se sabe de momento- a la opción del sabotaje.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, denunció anoche lo que calificó como un grave sabotaje en la línea de tren de alta velocidad que une Sevilla y Madrid. Son cuatro robos de cable en distintos puntos de la provincia de Toledo en un radio de 10 kilómetros, lo que afectó -en la vuelta del puente del 1 de mayo- a más de 10.000 viajeros de 30 convoyes, que han pasado buena parte de la madrugada en los trenes o en las estaciones o que se quedaron sin poder salir. La estación de Atocha ha permanecido abierta por la noche y se ha retrasado una hora la salida de los primeros servicios de Madrid con Toledo y con Sevilla para dar margen a los trabajos de reparación de la vía.
Dice Donald Trump que no hay que pensar que viene una recesión, sino el principio de una edad dorada. Que la política de aranceles que sacude al mundo "es hermosa". Pero suele haber un 'pero' entre las declaraciones que hace un día y las que hace otro. Ahora dice que los niños estadounidenses tendrán que acostumbrarse a tener 2 muñecas en vez de 30; ha destituido a su asesor de Seguridad, aunque dice que lo que ha hecho es "promocionarlo" a embajador ante la ONU. Y en un discurso en la universidad ha dicho que los magnates de internet le besan el culo.
Esa sigue siendo la gran pregunta: qué pasó, porque la causa parece que está localizada, pero más o menos. Red Eléctrica apuntó en principio a una pérdida de energía fotovoltaica -la que llega a través de las placas solares- aunque su presidenta defendía a las energías renovables, antes de que el debate acabe girando del todo entre quienes defienden las renovables y quienes defienden la energía nuclear, a las que Pedro Sánchez llegó a calificar como problema, no como solución. El Gobierno ha empezado a recabar los datos de las compañías y defiende a la exministra socialista Beatriz Corredor.