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Leire Díez, ya exmilitante del PSOE después de darse de baja de manera voluntaria del partido, comparecerá este miércoles ante los medios para explicar por qué ofrecía favores que implicaban un supuesto poder para mover las palancas del Estado. Asegura que se da de baja voluntariamente para poder defenderse con libertad. Además, el Gobierno incluirá todos los temas que el PP pedía en la Conferencia de Presidentes para evitar el plantón de los barones populares.
Este lunes se celebra en Barcelona una Conferencia de Presidentes que llega con el Gobierno pasando uno de sus momentos más difíciles -por la crisis de Leire Díez- y con el PP pensando más en la manifestación del domingo que en la posibilidad de que salga de hoy algún acuerdo concreto. Además, ¿cómo es posible que, en un periodo tan breve de tiempo, Donald Trump y Elon Musk hayan pasado de esa manera del amor al odio más profundo?
Es difícil explicar el grado de bochorno al que asistimos con la puesta en escena de Leire Díez, que estuvo veinte minutos dejándose grabar y fotografiar antes de comparecer brevemente, sin admitir preguntas, para que, luego, el presunto corruptor Víctor de Aldama reventase su gran momento. En el PSOE seguimos sin escuchar a su secretario de Organización, Santos Cerdán, que el martes se vio con Leire Díez en Ferraz. Y del exterior, Trump ha prohibido esta noche la entrada a todos los viajeros procedentes de 12 países y ha limitado el acceso a los de otros 7.
Todavía no hay sentencia sobre la amnistía, pero lo que se ha conocido de momento -que es la ponencia sobre la que debatirán los magistrados- ha dejado claras algunas cosas. Ha dejado claro, por ejemplo, que el PP estará en contra de la sentencia si es que ratifica lo que avala la ponencia. Es decir: si avala que la amnistía es legal porque en la Constitución cabe aquello que no prohíbe y que haya aprobado el Congreso. La ponencia sostiene que no corresponde a los jueces decidir sobre las intenciones que tiene el poder legislativo. También ha dejado claro cuál será la interpretación que hará el Gobierno, que se sentirá aliviado por una sentencia que avale su ley más polémica.