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El episodio de incendios que ha dejado dos víctimas mortales, va en camino de convertirse en uno de los más grandes que se ha producido en nuestro país. La mayoría de los 9.000 evacuados está en Castilla y León, aunque han tenido que ser evacuados en Ourense otras 150 personas por el avance de las llamas. Además, se ha ordenado el confinamiento del municipio Oliva de Plasencia, en Cáceres. También en Valencia, se inició un incendio por la caída de rayo que ya está controlado, pero que ha obligado la evacuación de 15 vecinos.
El cambio del tiempo y de temperaturas ha permitido algunos avances en la extinción del fuego, aunque ya hay más de 380.000 hectáreas quemadas y 21 grandes focos que todavía están en nivel 2. Se ha complicado la situación en el incendio de Porto, en Zamora, donde un cambio de viento ha obligado a desalojar doce municipios. La situación crítica ha llevado a mil personas a manifestarse en La Bañeza para pedir nivel tres de emergencia y a pedir a dimisión de Mañueco.
Esta mañana, en Galicia, fueron heridos cuatro bomberos en el incendio de Oímbra, uno de los 500 fuegos que se han declarado en la comunidad tan solo en agosto. Sólo en Ourense, los focos activos han quemado ya 70.000 hectáreas. Además, hay varios frentes abiertos en Castilla y León donde han entrado los incendios de comunidades al norte y al sur de la zona. Ante esta situación, más de mil personas se manifestaron ayer en las calles de León para pedir la dimisión del presidente autonómico y de su consejero. Por su parte, el PP descarta sumarse a un pacto de estado contra la emergencia climática.
La UME ha definido la situación de los incendios en nivel crítico, después de la muerte de un bombero en Ponferrada y otro que resultó herido en la misma zona. El fuego que calcinó el paraje de Las Médulas amenaza ahora a los Picos de Europa, donde ayer fueron desalojados varios pueblos. En Extremadura, el incendio de Jarilla se acerca a Salamanca después de haber consumido 11.000 hectáreas. En Ourense las llamas ya se han llevado por delante casi 60.000. Una situación que obliga a que la circulación ferroviaria entre Galicia y Madrid continúe interrumpida.