Catarina, vísteme

Podium

Se nos ocurren pocos regalos navideños más golosos y embriagadores que este retablo de dolores y angustias: el relato de la vida de una aspirante a santa tan cuajada de polémica que, en palabras del jesuita con carita de brontosaurio Antonio Núñez de Miranda, “ha de pulsar de susto el corazón, y latir de sobresalto en el alma”. En este episodio novohispano hablamos de alguien con más fervor jesuita que nosotras, de alguien que se resistió a los arrumacos de los hombres con más empeño que una lesbiana estrella dorada, una mujer que viajó, padeció, soportó, y luego rozó con las yemas de los dedos el tick azul de la santidad. Acompañadnos, amigas, en este biopic mexicano sembrado de secuestros, milagros, Baby Jesus con apego evitativo, Baby Jesus acosadores, bilocaciones bélicas y, sobre todo, un aparatoso entramado jesuita e inquisitorial bajo el que intentaremos llegar a la auténtica voz de la inconmensurable, muy manoseada, y después olvidada, Catarina de San Juan. Igual que el Niño Dios se encaramaba desnudo y suplicante al regazo de Catarina susurrándole al oído “Catarina, vísteme”, así nosotras nos encaramamos zalameras al micrófono para implorar: “México, invítanos”. Si no puedes seguir respirando hasta saber por qué este año nuevo tienes que cambiar el manifesting por la profecía, y si te va la vida en contabilizar las veces en que Catarina salvó milagrosamente la vida en su Destino final barroco, dale corriendo a play.

Más episodios

Too many Santa Rosas

Abrumadas de regocijo en nuestro primer y felicísimo desembarco transatlántico, enardecidas por el entusiasmo internacional de una auténtica epidemia beateril iluminista y, sobre todo, dulcemente arropadas por la inigualable María Gracia Ríos Taboada, en este episodio grabado en directo desde Lima nos atrevemos, más intrépidas que nunca, a diseccionar la infinita y poliédrica figura de la mujer más espectacular del star system peruano. Bienvenidas, amigas, a nuestro episodio sobre Santa Rosa de Lima: de mutaciones faciales a papagayos parlanchines, de Santa Rosa Xena princesa Guerrera al Jesucristo pulgarcito más juguetón pasando por mucha espiritualidad new age y unos mosquitos absolutamente dominados por la santa más animalista del barroco, para acabar aterrizando donde todas querríamos: en una auténtica epidemia beateril iluminista. En nuestro afán por reconstruir el lado más carismático de Santa Rosa, por deshacerla de capas y capas de abultamiento hagiográfico, por sacarla de la soledad de la santidad y devolverla al cobijo amistoso de su vida, en este episodio decidimos arrimarnos al squad Santa Rosa. Porque ni la primera santa de América escapó al felícisimo embrujo de la amistad. Si no puedes vivir ni un segundo más sin saber qué integrante del squad santa rosa eliges ser esta verano —¿María de Santo Domingo, la de los dedos pegados o Inés de Velasco, la voladora?—, dale corriendo a play.

Carmelitas 360

En recompensa a una temporada alarmantemente escasa en sosiego conventual y regocijo carmelita, y con ánimo de paliar los excesos ruborizantes a los que nos arrastró Giulia di Marco con su club de swingers napolitano, en este episodio nos adentramos en la vida conventual de las carmelitas más repipis, más pijas, más empollonas, más talentosas, más versátiles, más multidisciplinares y con el mayor trastorno thirsty de la personalidad del siglo XVII: Cecilia del Nacimiento y María de San Alberto. Criadas en el sistema de homeschooling más estricto del siglo XVI, Cecilia y María explotarían en el convento todo lo aprendido de mano de su madre, Cecilia Morillas. ¿Tañer el clavicordio? Desde los siete años. ¿Leer latín? Todavía gateaban. ¿Restaurar cuadros al óleo? Mejor que el artista más reputado de Valladolid. ¿Dibujar a mano alzada? Día sí y día también. ¿Componer canciones místicas? Tan buenas que nadie podía creer que no fueran de San Juan de la Cruz. Acompañadnos en esta experiencia inmersiva repleta de DIY cosmográficos, recreaciones botánicas, fantasías eremíticas, bilocaciones textuales, negaciones autoriales, envidias carmelitas y precuelas poéticas de Berta García Faet. Si no puedes vivir ni un segundo más sin saber quién fue la primera mujer en España que ingenió “un globo terrestre, tejido sobre una perfecta bola de corcho y laureados de seda a punta de aguja con sus matices y colores, todos los mares y divisiones de provincias y reinos del orbe”, dale corriendo a play.

La Caridad Carnal

Turbadísimas y apesadumbradas al darnos cuenta de que en esta temporada escasean los estrellatos conventuales, y resignadas a transitar una vez más el calvario del sonrojo, en esta ordinariez de episodio os regalamos la incorporación más socialité, estratega y casquivana de vuestros cuadernitos de monjas. ¿Su nombre? Giulia di Marco. ¿Su pecado? Haber jugado, como haría cualquiera, a fingir un poquito de santidad y haber fundado, en secreto, la secta poliamorosa más exclusiva de Nápoles. Bienvenidas, amigas, a este recorrido por los cuartos oscuros del virreinato napolitano, la trieja más maquinadora de Italia, un club de swingers frecuentado por monjas, curas, obispos, virreyes, tarifas planas con dios, insólitas terapias de fertilidad, el inquietante espacio Santo Amor y guerras encarnizadas entre dominicos y jesuitas. Acompañadnos en nuestra incursión en las truculencias de la Caridad Carnal: la comunidad pansexual, el cenáculo orgiástico, los Illuminati de Eros. Os garantizamos, eso sí, que a este episodio vendréis por el appeal licencioso pero os quedaréis, al final, por los irresistibles debates teológicos que enfrentaban la predestinación y el libre albedrío. Os advertimos, sobre todo, que sucumbiréis para siempre y sin remedio al arrollador y tiernísimo embrujo de la Caridad Carnal. Si no puedes vivir ni un segundo más sin descubrir cuál es el hilo conductor que conecta a Pitita Ridruejo con todo este desmadre napolitano, dale a play.