Rock&Pop
Mientras que nadie ve siempre las mismas películas, y un estreno será algo interesante de ver la mayor parte del tiempo, no pasa lo mismo con la música. Por alguna extraña razón parecemos estar atados a ciertas canciones, canciones que actúan como un refugio emocional y a las que volvemos una y otra y otra vez, lo que nos lleva a la pregunta de hoy ¿por qué escuchamos siempre las mismas canciones?
En varios estudios se ha intentado evaluar el potencial que tiene la música no solo para acceder a memorias oscurecida por el Alzheimer, sino que también para mejorar otros parámetros asociados al bienestar general. Muchos de estos estudios han mostrado un impacto positivo de la música a la hora de evaluar ciertos parámetros vinculados con el estrés y la ansiedad; sin embargo, la evidencia vinculada a una mejora en la cognición, memoria y funcionamiento cotidiano es mucho más limitada, aunque existe evidencia anecdótica al respecto, como la historia que les contamos al inicio de este episodio.
¿Te suena el "efecto Mozart"? Esta historia de ciencia rigurosa, periodismo descuidado y amenazas de muerte es la excusa perfecta para intentar contestar la pregunta de hoy.
Los mitos y leyendas que vinculan a la música y los sonidos con las guerras son muchos y muy variados, desde la historia de un joven griego llamado Anaris, quien supuestamente aprendió cómo usar la música para descontrolar a los caballos del ejercito rival hasta el relato bíblico de la caída de los muros de la ciudad de Jericho por acción de unas trompetas.