El 'Nadie Sabe Nada' es un tren de largo recorrido, el Transiberiano del Mediterráneo, conducido por dos maquinistas como Andreu Buenafuente y Berto Romero y que, además, no para nunca. Por eso, una vez acabada la etapa de HBO Max, regresa al formato original de la emisión en directo en La SER los sábados, para luego distribuirse en podcast por SER Podcast y por infinidad de plataformas más y en vídeo para quien quiera verlo. El regreso al Toresky de Radio Barcelona ha sido bastante normal. Normal si obviamos toda la conversación mantenida de Andreu con el Pirata para la readaptación de la sintonía, la carta de una oyente con retortijones y vomiteras por comer ajos en ayunas, los problemas de Berto con los auriculares, las teorías sobre los cuerpos cavernosos, las defecaciones de los perros... en definitiva, y mirándolo bien, el regreso ha sido lo de siempre en el 'Nadie Sabe Nada' y que no tiene nada de normal.
El último ‘Nadie Sabe Nada’ en HBO Max se gesta en un abarrotado Florida Park en Madrid, donde Andreu Buenafuente, para irritación de Berto Romero, destripa el final preparado a medio programa pero la magia del ‘Nadie’ nos guardaba una sorpresa aún mayor. Todo empieza con Andreu y Berto llegando al recinto en unos cochecitos a pedales. Son como niños… o incluso, peor. En este recinto se han hecho grandes programas de televisión y en uno de ellos, la artista Lola Flores perdió un pendiente y lo paró todo para encontrarlo. Lo recordamos porque es mítico. Entre gigantes y cabezudos, el episodio van subiendo la temperatura y se rompe a dos minutos de final… con EL MEJOR FINAL POSIBLE.
El ‘Nadie Sabe Nada’ es como una sala de partos no programados: cuando menos te lo esperas nacen personajes, secciones... Juan Lúbrico y José Lefa son dos de esos partos. Andreu Buenafuente y Berto Romero están detrás de ellos. De los personajes, digo.
El ‘Nadie Sabe Nada’ es todo ignorancia pero en esta ocasión, Andreu Buenafuente y Berto Romero coinciden en una gran verdad: en 2023 el efecto muaré en televisión ya debería estar resuelto. ¡Una mierda para el muaré! En otras cosas, en esta entrega se sigue intentando arrancar el videojuego antiguo que trajo Berto Romero, se lee el informe sobre el ADN de Andreu Buenafuente, se suceden las vivécdotas protagonizadas por fans, el control de realización huele a pedo y de propina se habla en profundidad de la propina.
En este ‘Nadie Sabe Nada’ se pelea mucho, aunque solo sea metafóricamente: Andreu Buenafuente se pelea con el texto de Hamlet, Berto Romero explica su pelea con una ‘colla gegantera’, el equipo técnico se pelea con un videojuego antiguo, un violoncelista con su instrumento… Por suerte, en el ‘Nadie’ siempre vence el humor y en esta ocasión no va a ser menos. Así lo demuestra una persona cárnica que está entre el público y que no sabía a qué venía. Al final del programa, cuando es interpelado para saber si le ha gustado lo que ha visto y vivido, se muestra satisfecho porque lo ha pasado bien.
El ‘Nadie Sabe Nada’ vuelve a Barcelona tras el paso por tierras mexicanas y argentinas. Andreu Buenafuente y Berto Romero están en casa de nuevo y las vivécdotas domésticas y familiares se adueñan del minutaje del programa. Todo muy bien pero ¿quién es Bertín Ordoñez?
Tercer y último ‘Nadie Sabe Nada’ desde Buenos Aires y empieza con Andreu Buenafuente y Berto Romero en el cementerio de la ciudad. Y, por fin, sale lo más obvio al estar en Argentina: los sicólogos, los insultos y algo de fútbol. Para despedirnos de esta tierra maravillosa y de sus gentes, hemos invitado a un argentino adoptado: Ismael Serrano. Como Berto Romero tiene ganas de cantar junto a Ismael, se fabrica uno de esos momentos mágicos que quedarán en los anales de la historia del ‘Nadie’. Hablando de anales, el insulto argentino hay que declararlo patrimonio nacional. Y para acabar, estrenamos el ‘Chacho Sack’ con no muy buena fortuna.
Un ‘Nadie Sabe Nada’ que empieza con el ‘Falso Inicio’ de Andreu Buenafuente y Berto Romero paseando por el barrio de La Boca. La añoranza se apodera Buenafuente y confiesa echar de menos a Sílvia Abril. El gran referente en la comunicación y el humor de Andreu era argentino, Carlos Peisojovich y su hijo está entre el público. Otros amigos de Argentina han venido a ver el ‘Nadie’ y les conocemos. El que no podía faltar en la gira latinoamericana es nuestro Ferran Adrià. Pablo y Loli, dos personas de asado cárnico argentino que han venido de público les dan una nota para que la lean en voz alta: ‘Andreu y Bero, los putos amos del humor’. Obvio.
Tras los dos programas de México, toca volar hacia Argentina y hacer parada en Buenos Aires. El ‘Nadie Sabe Nada’ es acogido en el Teatro Picadero donde Andreu Buenafuente hace dedos con un piano de cola hasta que Berto Romero rompe el clima. Obvio. El show empieza con sueños oníricos del público, continúa con la visita de un ilustre local como Andy Kusnetzoff, se retoma el tema de la carta a la ONU pidiendo que el mes de enero sea llamado ‘samanté’ y febrero ‘ultiembre’, hay un encuentro transatlántico de el pollo de goma con el chanchito (cerdo de goma) y bastantes cosas más.
Segundo ‘Nadie Sabe Nada’ desde México y por fin puede decirse que Andreu Buenafuente y Berto Romero se han llevado a Mia Font metido en una bolsa de mano para que tenga ese encuentro con la persona cárnica que lleva más de dos años esperándole. Pero además del esperado encuentro, de cantar en vivo para el público mexicano el ‘Ustedes creen que se puedan peliar’, engullir comida picante, ver váteres chicanos... hemos probado una vez más la magia del ‘Nadie’ al escuchar al típico chatarrero que recorre las calles de este país