SER Podcast
No sé si podremos resumir lo acontecido en este episodio 408 en el que, como bien da a entender el título, dará que hablar y será recordado en los anales de la historia de la radio, del podcast y del propio ‘Nadie Sabe Nada’.
Pasarán los años, incluso las décadas, y Andreu Buenafuente y Berto Romero aún recordarán lo que ocurrió en este programa. Se les erizará el vello del cuerpo y lo que no es vello, estamos seguros. Y a nosotros, los que quedemos vivos, también.
Ep. 482: Es 1 de noviembre de 2025 y hay una temperatura exterior como si fuera julio. Cosas del cambio climático, seguramente. Noviembre es el mes en que Berto Romero cumple años. Está cerca de cumplir 51 y aún no ha invitado a Andreu Buenafuente a una comida. Es posible que, por esto, el ‘Nadie Sabe Nada’ arranca con una sección sobre el paso del tiempo sin sintonía. La urna provoca conversaciones sobre el color del viento, galletas mojadas, el miedo a los submarinos, la estética de llevar calcetines blancos, cruzar semáforos en rojo como técnica suicida, ciencia absurda con un multiplicador de pedos o una conversación de Javier Sierra con el profesor Pólipo (en gloria esté) sobre si la Torre Eiffel o la obra de Calatrava serán atribuidas a alienígenas en el futuro.
Ep. 481: Otro ‘Nadie Sabe Nada’ con Andreu Buenafuente y Berto Romero con el maravilloso sonido estereofónico. Es un programa que bien puedes utilizar para saber si tus auriculares funcionan bien. A parte de esto, entrevistamos a José María Córdoba, exagente del CSIC que, aunque decimos su nombre, no reconoceréis porque se le ha distorsionado la voz. Además, asistimos a un viaje al pasado escuchando una retransmisión radiofónica de los años 60. O los 50. Incluso, los 40. Y entre regalos del público que son ‘nada’, canguros violentos, impresoras diabólicas y una batalla final de personajes que ‘El señor de los anillos: El retorno del rey’ ya hubiera querido poder mostrar, se acaba otro ‘Nadie’ de lo más normal.
Ep. 480: Especialísimo ‘Nadie Sabe Nada’ el que vas a escuchar o ver. Andreu Buenafuente y Berto Romero se enfrentan a un reto de programa que se inicia con unos sobres: azul y rojo, como las pastillas en ‘Matrix’. Es un reto. ¿Lo aceptarán? Por lo demás, el programa transcurre con toda normalidad entre huecos activos, saltos temporales, abogados espontáneos, gaviotas humanas y cortes culinarios... hasta llegar al final con el revelador sobre rojo. ¿La misma mierda de siempre? Hasta cierto punto.