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Por fin decimos algo bonito de Detroit. Nos ha sentado bien la sobremesa del fin de semana. Mejor aún el traspaso de Towns a Nueva York. El proyecto de los Knicks encuentra su última figura clave. Y en Minnesota quieren hacer entender que así mejoran sus cuentas, pero no cuela deportivamente. ¿Es el mayor rival a batir para los Celtics? ¿Puede aspirar Brunson al MVP? ¿Los Wolves pueden sacar algo mejor traspasando a Julius Randle?
Con el 3-1 en ambas finales de conferencia, y unas sensaciones de dominio claro para ambos ganadores, la NBA empieza a vestirse de gala para Las Finales. Pacers y Thunder consiguen superar a Knicks y Timberwolves con dos majestuosos partidos, tanto de sus principales estrellas como de todo el plantel. Haliburton parece emular a Magic y Shai a Harden con un liderazgo fantásticamente secundado por escuderos como Siakam, Nesmith, Jalen Williams y Chet Holmgren. Por parte de Nueva York y Minnesota, toca empezar a pensar en cómo sobreponerse a este abollón para volver el año que viene con la lección bien aprendida.
Ambas finales de conferencia llegan al tercer partido con el mismo resultado, pero sensaciones muy distantes. Al menos nos hemos salvado del 3-0 que eliminaría todo tipo de incógnitas, tensión y dramatismo necesario para continuar pegados a estas eliminatorias. Los Thunder abandonan su competitividad en casa para llegar a Minnesota y ser barridos por unos Wolves que todavía pueden dar un serio susto al máximo candidato. En el Este, unos Pacers con el partido en la mano, cedieron la contundente ventaja para dejar vivos a unos Knicks que esta vez se agarraron a Karl-Anthony Towns como héroe inesperado, pero de sobra cualificado.
Las finales de conferencia decidieron arrancar al gusto del aficionado medio a esta competición: una demostración absoluta de liderazgo (los Thunder y su defensa arrasadora) y una sorpresa irrepetible en uno de los mayores escenarios del baloncesto mundial (los Pacers de Haliburton siguen obrando milagros). Y ya se da a conocer el mejor jugador de la temporada: Shai Gilgeous-Alexander acalla el debate y se corona por primera vez pese a la férrea competencia de Nikola Jokic por el galardón.