SER Podcast
La localidad cántabra es el municipio español con más segundas residencias y pasa de poco más de 2.500 habitantes en su censo a picos de 80.000 durante los meses estivales. En cierta medida, Noja es un pueblo con aspecto de ciudad. Durante el año dar un paseo por allí es hacerlo por una ciudad fantasma: comercios cerrados, persianas bajadas y avenidas sin coches. Pero, durante los meses de verano el pequeño pueblo cántabro tiene más población que muchas capitales provinciales.
Detrás de la postal: solo son conocidos por estar abarrotados de turistas que buscan sol y playa, pero estos pueblos y ciudades masificados durante el verano son habitados por gente también durante el resto del año. Sus habitantes tienen una vida de cara al turismo y luego la suya propia. Junto al periodista de EL PAÍS Audio Dani Sousa y a través de pequeñas historias y proyectos locales, relacionados con las tradiciones, lo social y lo cultural, ahondaremos en la identidad de estos lugares como sitios habitables, más allá de su explotación turística y reivindicando su lado más humano.
Entramos en el Centro Penitenciario de Álava para conocer a los reclusos que trabajan en talleres de panadería, cocina, o apoyo a otros presos. Un reportaje que despierta, a su vez, un debate sobre el concepto mismo de la reinserción: ¿cómo afrontar la vuelta a la sociedad de quienes cometieron delitos atroces? ¿Somos capaces de tratar a todos los presos por igual, independientemente de los delitos que hayan cometido? ¿Qué papel tienen las víctimas y la sociedad en este proceso? Javier del Pino, Bru Rovira y Valentina Rojo conversan con Manuela Carmena para reflexionar sobre estas, y otras cuestiones.
La polarización política ya no solo enfrenta ideologías, impregna la vida cotidiana, provocando aislamiento, rupturas y acentuando problemas de salud mental
En el pirineo navarro, Aritz Carballo lleva su gimnasio portátil por diferentes pueblos de la zona. Aunque los vecinos tradicionalmente hagan actividad física, cuenta el entrenador que con solo caminar no es suficiente, hace falta fortalecer los músculos y corregir posturas. Quienes acuden a las clases coinciden en que, además de los evidentes beneficios para la salud, esta actividad les ayuda a socializar y conocerse.