El Partido Popular tiene un problema, aparte de con la verdad, con la espalda. Lo comprendí el lunes cuando el muy en funciones president de la Generalitat de València declaró ante la Comisión del Congreso que posiblemente había guardado en la mochila el móvil, ese artilugio del que en el día de la tragedia dependían vidas y haciendas de su comunidad. No bastó con esta lección de anatomía práctica. Recibí otra, horas más tarde, por el alcalde popular de Alpedrete (Comunidad de Madrid, no digo más) que se negó a calificar de violencia doméstica el asesinato de una mujer a manos de su marido. Andan los del PP, desde que se hicieron amiguitos de su camada escindida color verde vómito, muy ajetreados con las palabras, pues quieren hacer ver que no son lo mismo que los otros mientras siguen convenciendo a los otros de que son lo mismo que ellos.
El empate frente a Turquía sabe a poco después de completar una fase de clasificación casi perfecta
Hoy se va a formalizar Ia presentación de la candidatura de Juan Francisco Pérez Llorca como candidato a suceder a Carlos Mazón en la Presidencia de la Generalitat Valenciana. Se pretende así cerrar un periodo de desgaste político del Partido Popular y evitar nuevas elecciones en la Comunidad. No resuelve el problema de la renovación política ni de la asunción de responsabilidades, ya que se trata de alguien que ha ligado toda su trayectoria política, precisamente a Carlos Mazón. Pérez Llorca va a encarar la reconstrucción desde la ignorancia y el desprecio de las causas estructurales que provocaron ese desastre.
Joaquín Estefanía reflexiona sobre los últimos días del franquismo
Xavier Vidal-Folch reflexiona sobre la visita de Zelenski a España
El director de 'El Larguero' considera que es una de las grandes favoritas de cara al Mundial 2026
Como estamos en la semana que estamos, voy a recordar la mañana en la que yo, me desperté con la noticia de que Franco había muerto. Y como llevo mucho tiempo preocupado por el deterioro de la democracia y sus debilidades, me animo a recordar la muerte del Caudillo para celebrar en mi mirada todo lo que España le debe a la democracia. Lector de García, preparándome para estudiar en la universidad, miraba hace 50 años un país en el que ser homosexual era un delito. Un país en el que las mujeres no podían vivir con libertad cuando pensaban en el amor o en el trabajo. Poner en duda la democracia es algo razonable para los que son millonarios y no quieren pagar impuestos o para los que traen sus fortunas a Madrid, compran viviendas y quieren hacer negocio con ellas.
Hace 47 años fue asesinado por disparos de la policía armada José García Caparrós en Málaga, cuando participaba en una manifestación en favor de la autonomía andaluza. Sus hermanas podrán por fin acceder a la documentación completa sobre la Comisión que convocó el Congreso de los Diputados. Podrán leer los folios sin tachaduras. Los sucesos acababan sin culpables en el banquillo o con instrucciones desastrosas. El crimen de los Galindo o el de los Urquijo son dos ejemplos. También del plano nacional, Mazón continúa el vía crucis de las comparecencias en las comisiones de investigación. Y de lo internacional, Zelenski llega a España en plena ruta exterior para conseguir apoyos contra Rusia. El Presidente ucraniano sufre problemas internos de corrupción que lastran su círculo más próximo.
Soledad Gallego-Díaz reflexiona sobre los 50 años de la muerte de Franco.
Xavier Vidal-Folch reflexiona sobre la conmemoración de los 50 años de la muerte de Franco