SER Podcast
Unas son de cerca y me dan una imagen deprimente de un país en que se politiza todo. Pero si me pongo las de mirar de lejos, el panorama es esperanzador. Primero, porque somos un oasis en comparación a otros países europeos, que sufren gobiernos impopulares y economías inciertas. Segundo, porque definimos bien los problemas. Mientras la izquierda ve problemas en todas partes y la derecha ninguno, de la pelea, surge un consenso.
Primero la ultraderecha azuza el odio contra el diferente en el marco de una narrativa que vincula a migración con inseguridad. Entonces, al primer incidente real o inventado se despliegan los grupos de escuadristas, provocan altercados violentos, generan miedo, incertidumbre y ansiedad en las poblaciones que reclaman ley y orden.
La actualidad nos brinda dos temas importantes sobre los que vale la pena acercarse con sosiego. Ni España se rompe por reformar un sistema de financiación que no satisface hoy a nadie y que debería haberse renegociado en 2014, hace 11 años, ni la inmigración es el peligro trumpista que la asimila como una amenaza para nuestras calles y nuestra convivencia.
Lo que ha pasado en Torre Pacheco replica exactamente lo ocurrido en Reino Unido el año pasado. Un incidente real se instrumentaliza con desinformación, grupos organizados vienen desde fuera a provocar violencia y las redes sociales amplifican el odio. Es una tecnología del caos que se está exportando por toda Europa.