SER Podcast
Se llaman a sí mismos Patriotas por Europa. Le Pen, líder francesa de la extrema derecha, y Viktor Orbán, líder neofascista en Hungría, vendrán a gritar a nuestro país. Sonarán consignas de naciones puras, no contaminadas de pluralidad alguna, lineales, todas ellas como recordadas por la línea de puntos. Se escucharán proclamas aún nosotros homogéneo y limpio, donde solo cabe un único color de piel, una única identidad.
Xavier Vidal-Folch reflexiona sobre la situación de Carlos Mazón.
Cómo me deleitaría ser etérea, ser límpida, ser traslúcida, ser flotante, ser invisible. Y ser ubicua y atravesar paredes, transida de inmortalidad para colarme en todo momento y en toda ocasión en las estancias de todo cardenal, arzobispo, obispo, cura o papa que haya osado martirizar a una criatura con su asquerosa concepción del sexo y su repugnante versión del celibato. Mi variedad preferida para vuestro castigo sería la castración, naturalmente, pero no en seco, sino continuada, como lo es el fuego en la concepción del infierno con que soléis amenazar.
Hay una notable contradicción entre un Mazón que agota sus últimos momentos como Presidente de la Generalitat Valenciana tras una dimisión que ahora utiliza como parapeto, y un Mazón que ha estado más de 1 año tratando de escabullirse de toda responsabilidad tras su desaparición la aciaga tarde el 29 de octubre. Y todo ello en vísperas de la presentación de un candidato como Pérez Llorca, que es el cocinero mayor del pacto con Vox en el 2027, y que ahora ha de sumir su investidura como Presidente de la Generalitat aceptando un nuevo pacto con la formación de Abascal, que exige la negación de la emergencia climática y que está precisamente en la base de lo que explica el drama de la DANA.