Najat El Hachmi: "¿A quién degrada más la prostitución, a la prostituida o a quién es capaz de comprar el sometimiento de otra persona?"

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Siempre me ha parecido curioso que se insulte a las mujeres con el llamado oficio más antiguo del mundo. Es un hecho, por desgracia, culturalmente universal. La prostitución es un acto mediante el cual un hombre paga para tener acceso a la intimidad de una mujer y mantener relaciones sexuales con ella. Es decir, se trata de alguien que mercantiliza algo que suele ser o debería ser gratuito y consensuado. Se entiende que apetecible y gozoso para ambas partes.  Contrata el servicio, lo que hace es adquirir algo que, en principio no es un bien un objeto, sino un ser humano. Visto así, ¿a quién degrada más este acto, a la prostituida, la consumida, la alquilada, la adquirida o a quién es capaz de comprar el sometimiento de otra persona? ¿A quién podemos considerar moralmente reprochable, a la que es degradada o a quién degrada? Y aun así, el insulto es siempre para ella. 

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Ignacio Peyró: "Que Dios reparta suerte"

No quisiera sonar irreverente, pero confieso haber seguido el Cónclave con la pasión que suele reservarse a los Mundiales de fútbol o las rondas finales de Operación Triunfo. Ya no digo, por ejemplo, “dejadme en paz”: ahora digo “extra omnes”. Y me he familiarizado con los nombres de todos aquellos -Tagle, Aveline, Parolin- que esta mañana se han levantado con esa rara sensación de que no te llamen “Santidad”.

Berna González Harbour: "Un ojo en la Casa Blanca y otro en la plaza de San Pedro"

Habemus Papam y habemus, sobre todo, un desenlace a la altura de este gran espectáculo del mundo, que es la elección del Pontífice. El nuevo gobernador de las almas católicas del mundo es norteamericano y, por tanto, mirará de tú a tú al gobernador de la tierra y del dinero que es Donald Trump. Si sabrá levantar la voz ante las deportaciones, ante el genocidio de Gaza, y ante tanta desigualdad que representa el hombre de la Casa Blanca, lo veremos pronto. 

Mariola Urrea: "La chimenea emitió alto y claro el mensaje esperado: fumata negra"

133 cardenales se encerraron ayer en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor de Francisco. Durante tres horas no hubo señal sobre lo que ocurría allí adentro y, cuando ya oscurecía en la plaza de San Pedro, la chimenea emitió alto y claro el mensaje esperado. Fumata negra. La primera votación de los Cardenales con el derecho a elegir al nuevo Sumo Pontífice no permitió alcanzar la mayoría suficiente para elegir el representante de Dios en la tierra, casi nada.