"La llamada 'nueva derecha', antes conocida como derecha cavernaria o, más en confianza, los fachas, está haciendo de la política algo inapropiado para el horario infantil. Incluso para los niños de hoy, que tienen internet y no se espantan por cuatro procacidades".
Los asuntos de poca monta mantienen entretenida a la mayoría de la humanidad y bien pueden ser importantísimos, pero un día, al lado del sueño de llegar a la presidencia, se quedan cortos.
Sólo se me ocurre una explicación para tanta desfachatez y tantas indiscreciones: creen que el mundo es como su partido político. Es decir, un lugar donde nadie ve, ni escucha, ni habla, ni se entera de lo que ocurre delante de sus narices.