Joan Subirats: "La convivencia democrática no es solo una apelación moral, es un mandato constitucional"

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En España, la preocupación por la convivencia democrática en momentos como los actuales, no debería quedarse solo en una apelación moral como en parte, expresó el rey en su discurso de Navidad. De hecho, deberíamos hablar de un mandato constitucional. Y es a partir de ahí cuando podemos hablar de convivencia y de justicia social. La confianza en que la democracia no se limita a gestionar procedimientos ni hablar en abstracto de convivencia, sino que actúa para asegurar dignidad para todos. 

Más episodios

Ignacio Peyró: "La belleza de los días de relleno"

Hay días de tránsito y de trámite, días sin ánimo de grandeza, sin otra vocación que cubrir los huecos entre un día y otro día. La Navidad abunda en esas puntas y recortes. Sí, hay días que son como miga de pan para rellenar el año. Son las cuentas de la vida, con sus flecos y sus versos sueltos, sus piezas sobrantes y sus ceros a la izquierda. Días como hoy, 26 de diciembre, que parecen no tener historia y que, sin embargo, nada nos impide hacer hermosos.

Maruja Torres: "El mejor milagro sería una Nochebuena sin víctimas ni verdugos"

Ahora pienso que la mejor Nochebuena sería esa. Escribir sobre la rutina anual. Sin víctimas, sin verdugos, con los niños asesinados en toda Palestina devueltos a la vida, a un país libre y a una existencia digna. Eso sería el mejor milagro hasta para los no creyentes. Festejemos con quienes aún poseen conciencia y memoria. Y deseemos que aparezca en el horizonte el destello de una Nochebuena que no duela ni albergue incertidumbre.

Eduardo Madina: "Una noche de paz en la que no haga falta tener la razón"

Nochebuena de 2025. Esta noche, nos juntaremos para celebrar que seguimos por aquí un año más, que seguimos juntos y que seguimos cerca. Quizá sea una buena noche para dejar de lado todo el ruido que nos envuelve en estos últimos años. Una noche de descanso, un ejercicio casi contracultural, sin buenos ni malos. Sin muros ni extremos, sin nosotros y sin ellos. Una noche de paz en la que no haga falta tener la razón.