Podium
Dicen que cuando la gente te dice cosas por la calle es signo de que eres muy famoso, alguien importante, un personaje principal, un influencer (pero no de los de ahora, sino un influencer de los buenos, de los de antes de la revolución industrial y la crisis del 29). A nosotros, sin ir más lejos, raro es el día en que no nos pasa. A veces nos preguntan la hora, otras una dirección, otras que si tenemos algo suelto para el autobús. Ese es nuestro estatus, siempre envidiable. Si quieres subirte al carro del éxito social, dale al play y ven con nosotros (a la cima), porque… ¡AQUÍ HAY DRAGONES!
Son incontables las veces en que nos habéis pedido que hablemos de Tolstoi. Rara es la semana en la que a nuestros estudios no llegan cientos de cartas exigiendo que al menos uno de nosotros hable cuanto antes de Tolstoi. Más raro aún es el día en que alguien no nos para por la calle para pedirnos un poco de Tolstoi. Si nos conoces bien, seguramente sepas que tampoco hoy hablaremos de Tolstoi. No sabemos, francamente, quién es Tolstoi. Así que dale al play sin miedo a la decepción, porque seguramente no habrá Tolstoi en el programa, pero, a cambio... ¡Aquí hay dragones!
¡Volvemos! Si nos llegan a decir en agosto que un día sería septiembre, no habríamos dado crédito. Nos habríamos mesado las barbas mirando a un lado y a otro con mirada descreída. Y nos habríamos equivocado al dudar. Porque ahora mismo septiembre es de una rotundidad inapelable, como es septiembre en general, inevitable y, sin embargo, inesperado. El caso es que volvemos a pedirte que le des al play y nos sorprendas (o así) otra vez, porque… ¡AQUÍ HAY DRAGONES!
Nos estamos marchando. Hemos ordenado el maletero del coche, revisado la presión de las ruedas, cerrado el gas de casa, hablado con el vecino que nos riega las plantas y bajado a comprarnos un bañador con la intención de no quitárnoslo hasta septiembre. Lo tenemos todo hecho, menos lo de pedirte que vuelvas cuando volvamos, así de interesados estamos (y somos). Sólo nos resta pedirte que le des al play, tan fresquitamente, como sólo tú sabes hacerlo, porque… ¡AQUÍ HAY DRAGONES!