Podium
Nos adentramos en un mundo donde la guerra condiciona la vida de millones de personas y los que mejor saben sobre sus sufrimientos, heroísmos y miserias son los corresponsales de guerra y los médicos. Contamos con la presencia del periodista Antonio Pampliega que ha cubierto zonas de conflicto desde 2008 y autor de la novela “Cowboys en el infierno”. Estuvo secuestrado 299 días (desde octubre de 2015 hasta el 7 de mayo de 2016) por la rama de Al Qaeda en Siria, donde le mantuvieron en aislamiento, creyéndole un espía, en medio de golpes, humillaciones y amenazas. Sabremos de sus primeras crónicas en Bagdad y de sus peripecias en Afganistán, en Haití o en el Congo. Pero también contaremos con la presencia del médico de urgencias y anestesista Raúl Incertis, protagonista del podcast “Vivir y morir en Gaza”,para relatarnos en primera persona cómo es la vida de un médico en zonas tan conflictivas como Yemen, Afganistán o la franja de Gaza en la que estuvo cuatro meses como voluntario en dos hospitales, contándonos testimonios escalofriantes de lo que vio, vivió y sintió. Habrá tiempo también para hablar de la labor humanitaria de las ONGs en esos países y de la destrucción del patrimonio arqueológico debido a la barbarie de la guerra, como ocurrió en Alepo o en Palmira (Siria).
La pasión de la filóloga Ana Cristina Herreros por los cuentos maravillosos la ha convertido en una de las narradoras más cautivadoras (con el sobrenombre de Ana Griott), recorriendo países de todo el mundo para sumergirse en la herencia de los cuentos populares y la tradición oral. En su obra —Cuentos de la Madre Muerte— presenta a la muerte como una figura materna que nos da la vida y que nos recoge cuando nuestro tiempo acaba. Relatos como “La muerte madrina” (catalán), “El hombre que buscaba la Muerte” (flamenco), “Los avisos de la muerte” (gallego) o el ya clásico “La asadura del muerto”, narrados con su voz, siempre son una grata manera de conectar con los ancestros y los ausentes. Ah, y también sabremos anécdotas surgidas en un tanatorio de Córdoba o en la Bibliopiragua de Casamance (Senegal). Israel Espino nos contará la historia del Güercu asturiano y del Urco gallego, ambos manifestándose como enormes perros negros en la noche, augures de desgracias inminentes. David Sentinella señalará películas de dibujos animados donde la infancia y la Parca tienen una simbiosis (Coco, Up o El viaje de Chihiro). Juan Ignacio Cuesta nos cantará a la guitarra el romance anónimo castellano “El enamorado y la Muerte”. Y Ana Cristina terminará el programa contándonos un cuento bosquimano: “El mensaje de la liebre”, porque, en definitiva, la muerte no es el fin. Extróbula: Marcos Carrasco nos encandilará con un cuento del pueblo masái titulado “El origen de la muerte” y de cómo llegó al mundo por un simple error.
El folklore americano no procede de una sola fuente. Es el resultado de una compleja fusión de creencias indígenas (milenarias, animistas, profundamente ligadas al paisaje y a los ciclos naturales) y a tradiciones europeas importadas durante la colonización (santos, brujas, duendes y demonios). Cristina López Ortego, pediatra y doctora en Historia y Antropología de América, nos señalará esas criaturas sobrenaturales que forman parte de las culturas de la Costa Noroeste de Norteamérica, seres del bosque oscuro como la ogresa Dzunukwa, el ave Hok Hok o la Madam. Entre las tradiciones de los Algonquinos existe el miedo al Wendigo. En el folklore de Mesoamérica hay códices, como el Borgia o el Laud, que nos hablan de dioses y las diferentes almas que tiene el ser humano y de una geografía espectral. En la cosmovisión que describe Bernardino de Sahagún, en el Códice Florentino, aparecen fantasmas, estantiguas e ilusiones de Tezcatlipoca, una de las deidades más poderosas, complejas y antiguas del panteón mexica (azteca). Su nombre en náhuatl significa “Espejo humeante”. ¿Quiénes son las Cihuateteo, mujeres muertas en el parto? Manuel Berrocal señalará esos monstruos con aficiones caníbales que son proyecciones de los miedos más profundos de cierras tribus. En el mundo andino (quechua/aymara) los cerros y huacas son sagrados y están repletos de espíritus como el vampiro Anchanchu (con un miembro viril prominente) o la presencia de Supay (el señor del inframundo) o de Muqui (el protector de los mineros). Y no podía faltar la Amazonía con seres tan extraños como Yacumama (la madre del agua), Sachamama (la madre Tierra) o el Mapinguari (dentro de la criptozoología). El broche final será la leyenda azteca de la creación de los Cinco Soles, contada por la propia Cristina López.
Cualquier manual nos dirá que el Renacimiento comenzó en Italia a finales del siglo XIV y se desarrolló hasta el siglo XVI, extendiéndose luego por toda Europa como un movimiento cultural, artístico y científico que marcó el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. Alberto Garín, licenciado en Historia del Arte y Arqueología, autor de “Renacimiento: el arte que conquistó el mundo”, nos hablará de Florencia como cuna de este movimiento artístico que se apropiaron los Papas y lo convirtieron en arte del catolicismo. Pero también del arte borgoñón, de la importancia que tuvo Brunelleschi (y su competición con Ghiberti) y Miguel Ángel (su Capilla Sixtina fue un reto a las convenciones), ambos genuinos representantes de este arte disruptivo que, poco a poco, fue sustituyendo al arte medieval. ¿Quiénes fueron sus mecenas más destacados? ¿Qué le pasó a Savonarola y su “hoguera de las vanidades”? ¿Cuáles fueron los inventos que se desarrollaron en este periodo? Mencionaremos la posible influencia china cuya flota desembarcó en Florencia en 1434 (tesis de Gavin Menzies) y el papel del príncipe por antonomasia del Renacimiento que fue Felipe II con la construcción de El Escorial, creando la biblioteca más grande de la cristiandad. En definitiva, el arte renacentista —más allá de lo técnico o formal— estuvo profundamente imbricado en la política, la religión, el mercado y la economía. Marta Sanmamed hará referencia a dos grandes mujeres que formaron parte de ese floreciente Renacimiento luchando contra todo tipo de adversidades: las pintoras Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, que lograron una carrera profesional como artistas, trabajando por encargo tanto para la nobleza como para la Iglesia.